Ahora la espectacularidad de su figura no se verá alterada por el inexorable paso de los años. Kim Kardashian acaba de estrenar su propia estatua de cera en el museo de Nueva York Madame Tussauds.
Aunque con curvas más acentuadas y senos de mayor tamaño, lo cierto es que la Kim de carne y hueso no tiene nada que envidiarle a su doble.
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