Tras ser imputada por haber infringido una orden judicial en un caso de drogas del 2007 al no acudir a clases sobre el control del consumo de alcohol, la controversial actriz Lindsay Lohan intentó defenderse con frases que revelaban arrepentimiento, pero que la jueza no tomó importancia a la hora de dictar la sentencia, y la condenó a tres meses de prisión.
En un momento de la audiencia, Lohan se dirigió a la Magistrado del Tribunal Supremo de Beverly Hills, Marsha Revel y le dijo: “Yo no estoy tomando esto como una broma. Es mi vida y mi carrera, algo que he trabajado toda mi vida”.
“He intentado hacer lo mejor que puedo. Realmente pensaba que estaba haciendo lo que debía hacer, y lo digo con todo mi corazón”, dijo Lindsay, consternada.
LA LEY ES LA LEY
Sin embargo, la jueza Revel se mostró implacable: “Yo no podría haber sido más clara, y no se cumplió. Es como alguien que no cree que esté engañando a menos que la descubran. Ella viene y va como le da la gana. No hay excusas”.
La autoridad judicial había condenado anteriormente a la actriz a renunciar a la bebida después de perder una cita en la corte en mayo. Por ello fue obligada a usar un brazalete de control del alcohol en el tobillo que dio una alerta en una fiesta de los premios MTV en junio.

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